...Después de la segunda guerra mundial el gran desarrollo económico y urbanístico creó megalópolis donde “lo verde” estaba ausente. En las últimas décadas, los movimientos urbanos verdes se han convertido en un fenómeno destacado y dinámico. Se ha prestado una especial atención a las cuestiones técnicas y ambientales relativas a las construcciones verdes. Sin embargo, el análisis del mercado y el impacto socioeconómico de las mismas no ha estado en el primer plano de análisis... (Felipe & Britz, 2016: 41)
Para hilar los hechos que dieron origen a las “Infraestructuras verdes” atravesaremos continentes. En esta ocasión, nos subiremos a un barco vikingo, a un drakkar. Trasegaremos en medio de sus puertos, en el espacio y en el tiempo (este último sin un orden cronológico). Nuestro objetivo: visitar los mares de viviendas cuyos techos reverdecen o parecen naves invertidas que mantienen el calor de aquello que cobijan dentro.
Zarparemos de los puertos nórdicos, bajo el frío extremo, donde el límite es una oportunidad. Escogeremos como piedra angular unas de sus casas; esas que parecen sembradas y que fueron talladas, como sus drakkares, con coraje y creatividad.
Los vikingos, como tantas otras culturas, nos enseñaron a aislarnos del frío en las latitudes donde el invierno suele ser implacable. Diversas sociedades nos han ilustrado sobre estrategias edificantes para adaptarnos a cada ecosistema. El común denominador, en todas ellas, ha sido el previo reconocimiento y sabia lectura del entorno... Es esa reconexión con los conocimientos heredados, a lo largo de los siglos, la que muchas veces ha sido aplicada por los pobladores en cada lugar.
El uso de la diversidad de especies vegetales para la elaboración de las viviendas, al igual que el uso de tintes naturales y diversos tipos de maderas, se basa y se ha basado en el estudio de sus ecosistemas.
La historia arquitectónica de nuestro planeta ha trasegado desde los territorios inhóspitos de techos de turberas, paredes de roca y materiales orgánicos entretejidos hasta el cemento y el asfalto.
... En Egipto se empleaban tanto un sistema adintelado, cubierto por madera u hojas de palmeras, como un sistema de bóvedas primitivas. Pero es en Mesopotamia donde aparecen los primeros ejemplos de “cubiertas planas” con la ejecución de los célebres Jardines colgantes de Babilonia... Para la ejecución de dichos Jardines se construyeron unas terrazas escalonadas sobre pilares impermeabilizadas con betún, que era un material abundante en estas tierras, en las que se plantaron árboles y otras especies vegetales... Luego, entre el Renacimiento y el siglo XIX incluso se llega a emplear la paja de centeno sujeta a las correas en haces... (Juez, Delgado & Hamalainen, 2013:12-14)
En medio de ese hilo conductor que parece ser la historia —sin seguir necesariamente un orden cronológico— llegamos a una arquitectura prehispánica que transcurrió a la par y continúa siglos después cargada de simbología e interpretaciones sobre el mundo.
Una donde las comunidades, hasta el día de hoy, hacen uso de diversos tintes naturales, plantas y animales en relictos cada vez más reducidos. Son particulares los tejidos infraestructurales, según el ecosistema, pero todos tienen un origen orgánico, sea en América, Oceanía, Europa, Australia, África, Asia o India.
... Una admirable artesanía es la de los pueblos pastores semi-nómadas de Suráfrica;
estos confeccionan sus casas con esterillas de junco, que disponen sobre la estructura
de cañas entramadas, que la sostiene; También son utilizados los
juncos en Senegal que, como dice el arquitecto Vélez, dejan ver
una “obra ordenada, elegante, pura, limpia, de amorosa artesanía, aprovechando al
máximo la materia prima disponible”. Y, lo que resulta más difícil de apreciar a primera
vista: la fuerza expresiva de esta arquitectura anónima que surge de un esfuerzo
colectivo espontáneo y armonioso... (Sánchez et al., 2014 : 211)
Cuando los territorios donde se habita y se ha habitado no son siempre planos, ni secos, ni ubicados en benévolos valles, es más cuidadosa la “lectura” de cada sistema. A veces, alrededor solo se cuenta con praderas de turberas, algunos pastos o afiladas piedras; la añorada madera es ajena frente a la ausencia de portentosos árboles...
... Los taironas no solamente construyeron una o dos casas sino poblaciones enteras con cientos de casas cimentadas sobre roca, sin emplear materiales cohesivos. Se encuentran puentes monolíticos, grandes plazoletas enlosadas de piedras bien pulidas, sistemas de canalización de las aguas lluvia que evitaban el lavado y erosión de los empinados perfiles montañosos, y hasta el riego artificial en la árida costa aledaña a Santa Marta – Colombia... (Cárdenas-Arroyo, 1992).
¿Existe la casualidad, la causalidad o la sincronía en la construcción de las infraestructuras armónicas con su medio?.
Y es que es imposible hablar de “infraestructuras verdes” sin ir un poco atrás, hacia el origen. Nuestra finalidad ha sido realizar un preludio al reciente libro publicado y titulado: Ciudades verdes en el mundo. Progreso – Innovación – Organización [1].
A diferencia de aquel sentido histórico —casi rural— anteriormente explicado, el “verde urbano” ha tenido dos sinónimos distintos: uno donde la opulencia ha crecido en medio de ostentosos jardines en las grandes ciudades; mientras, para otros fue y sigue siendo una fuente de alimentos y de otro tipo de riqueza: la que otorga el valor de lo orgánico.
La arquitectura de cada sociedad ha respondido y responde a esa necesidad de adaptarsen los individuos a cada ecosistema.
En las megalópolis en crecimiento un 70 % de la población llegará a vivir en las próximas décadas. Frente a esta realidad, según Felipe & Britz (2016) se debe cambiar urgentemente el escenario del gris al verde, mejorar las condiciones de vida, ahorrar energía y reducir los residuos y la huella ecológica. Dichos autores están convencidos que las cubiertas verdes y los jardines verticales tienen un gran futuro y son un enorme recurso del espacio, sin utilizar, con muchas posibilidades medibles para fomentar un entorno urbano más sano. Manfred Köhler, actual presidente de World Green Infrastructure Network afirma que el interés mundial ha aumentado desde los proyectos individuales de cubiertas verdes a conceptos más integrados. El término “infraestructura verde” se ha incluido en los programas de la Unión Europea y en América Latina ha conseguido en la última década la atención comercial, económica y política. No obstante, el abordaje deberá ser multidisciplinar e integrarse a las políticas públicas de cada gobierno.
“Traer la naturaleza” a las ciudades mejoraría no solo la calidad del ambiente sino la calidad de vida de las personas. De esta forma, se generarían más servicios ecosistémicos.
Si bien la propuesta está cada vez más “viva” no es solo cuestión de grandes inversionistas y de elevadas sumas de dinero para mejorar la estética de las edificaciones. Las infraestructuras verdes deberán orientarse hacia un cambio en el paisaje urbano y a favorecer la fijación del carbono emitido por las grandes ciudades. Sin embargo, sus altos costos pueden ser un limitante no sostenible o estar solo disponible para empresarios y/o individuos solventes a nivel económico. Por lo tanto, es fundamental apoyar a su vez “otras corrientes” que buscan alternativas que cumplan las mismas funciones sin ser, necesariamente, estéticamente correctas.
La creatividad de infraestructuras verdes debe ir de la mano con la sostenibilidad en las ciudades e involucrar a todos.
El botánico francés Patrick Blanc (inventor de los jardines verticales o muros vegetales) en su reciente visita a Colombia —luego de conocer las iniciativas en infraestructuras verdes en este país — ha enfatizado en la necesidad de usar la diversidad de las especies nativas en cada lugar para dichos emprendimientos. Su concepto es integral: arte - diseño - diversidad - sostenibilidad.
Para ello, primero es necesario hacer estudios de factibilidad en cuanto a disponibilidad de recursos no solo económicos sino hídricos y de mantenimiento; además, recurrir al conocimiento ecológico y local con una alta dosis de “integración de saberes” y creatividad. Se hacen necesarios sistemas integrales que involucren tecnologías eficientes, de menores costos y sustentables.
Estrategias orientadas hacia diálogos naturaleza-sociedad.
Si desconocemos nuestro pasado y las estrategias ancestrales, nos perdemos la oportunidad de mirar hacia un futuro que se muestra implacable...
Es necesaria una retrospección hacia el origen para preservar una visión holística hacia el futuro.
Seguimos navegando en nuestro jardín interno y externo... Seguimos Bios Escribiendo...
Hasta nuestra próxima navegación.
Referencias
Briz, J., Köhler, M & Felipe, I (Editores). 2016. Ciudades verdes en el mundo. Progreso – Innovación – Organización.
Cárdenas, F. 1992. América: tres civilizaciones y numerosas sociedades intermedias. En: Revista Credencial Historia. Edición 34, octubre. Recuperado de: http://www.banrepcultural.org/node/32891
Robles, M., Fernándes-Oliveras, A., Oliveras, M. 2014. Las formas de construcción en África: un micro proyecto para trabajar globalmente las matemáticas en educación infantil. Reidocrea. Volumen 3. Artículo 26. 207-221. Universidad de Granada. Recuperado de: http://digibug.ugr.es/bitstream/10481/32850/1/ReiDoCrea-Vol.3-Art.26-Sanchez-Fernandez-Oliveras.pdf
Tejela, J., D. Navas, C. Machín. 2013. Restauración y rehabilitación. Rehabilitación, mantenimiento y conservación de cubiertas. Tornapunta ediciones. Recuperado de: http://libreria.fundacionlaboral.org/ExtPublicaciones/Rehab_Cubiertas.pdf
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