jueves, 24 de diciembre de 2020
¡Feliz navidad 2020 y nuevo año 2021! Desde el corazón de nuestras letras
miércoles, 25 de noviembre de 2020
Dos hélices que convergen en un mismo río: el arte y las ciencias
Imágenes adaptadas por Bios Escritores de Miroslavik y Gordon Johnsonen en Pixabay. |
El arte y la ciencia son como dos hélices que se encuentran, se separan y se unen a través de enlaces comunes.
James D. Watson escribió alguna vez una nota a Salvador Dalí: “La segunda persona más brillante del mundo quiere conocer a la más brillante”. La mutua admiración de los seres habitantes en las artes y en las ciencias ha llevado a interconexiones, a simbiosis en una obra donde la lectura profunda de los materiales, a través de la química, la física, las matemáticas y la biología, comienzan a interactuar con cada creación.
Imagen tomada del documento de Leire Altadill Legarra (curso 2017-18 1º "Genética DNA: la gran obsesión de Dalí"). Consultado en http://bioinformatica.uab.cat/ |
"La palabra DNA invadió la mente de Dalí, hasta tal punto que no dudaba en gritar de forma incansable “acidodesoxirribonucleico” siempre que se exponía a la prensa". (Tomado de Altadill. Curso 2017-18 1º Genética).
Esa genética, en la ciencia y el arte, de alguna forma siempre ha estado representada en todas la obras donde lo vivo serpentea, teje una telaraña de aprendizajes y atrapa observaciones a medida que florece.
"Flor Imperial, serpiente coral y araña, Brasil". Autora: Marianne North. 1883. Tomado de https://artistasycientificas.wordpress.com/2018/11/11/marianne-en-brasil/. |
Una obra está compuesta de materiales tangibles e intangibles como el alma de quien las creó. Un cuadro, un lienzo está habitado por seres vivos, materiales naturales que rugen y tintas que, en sus orígenes, provenían de las rocas, de las hojas, las flores y los frutos de entornos lejanos o cercanos.
"El Tigre". Autor Richard Friese. 1890. Naturalismo. Tomado de https://www.wikiart.org/es/richard-friese/the-tiger-1890. |
Lo místico y lo natural yace no solo en los grandes lienzos religiosos y antiguos. Dicha aparente dualidad se entrelaza en las fibras, las pinturas y aglutinantes orgánicos e inorgánicos. Las obras reconocidas o desconocidas guardan una voz y un silencio, se refugia en ellas ese carácter de misterio: son monasterios que pretenden ser revelados a través de técnicas cualitativas y cuantitativas. Sin embargo, en diversas creaciones ocurre lo inexplicable por el hombre, aún...
“Con técnicas microscópicas de barrido, químicas, físicas y analíticas, se puede analizar el estado de la corrosión de las pinturas y esculturas. Los elementos provenientes de la contaminación del ambiente, por ejemplo. Esto permite pautar una rutina de mantenimiento". (Ainhoa Sanz López de Heredia, coordinadora de conservación del Museo Guggenheim Bilbao. Abril, 2017).
Desentrañar los misterios del arte puede ir más allá de los ojos, atravesar las paredes de un museo, hacia fuera o hacia dentro.
"Según la orientación de una escultura, las características ambientales pueden afectar la superficie o no de una obra”. (Ainhoa Sanz López de Heredia, coordinadora de conservación del Museo Guggenheim Bilbao. Abril, 2017).
El arte está en todas partes; por lo tanto, los visitantes dentro de un lugar o al aire libre lo pueden contemplar con su lente natural. Es cuestión de observar lo que su espíritu les señala. Cada obra tiene o tendrá, o no, una singular belleza según cada cual.
Los análisis técnicos y científicos, quizás, no podrían contarnos los sentimientos y emociones de un artista, mas si relatar algunas historias. Los más sofisticados llegan incluso a explicar expresiones en los labios de una pintura y su cambio de color. A través de la cromatografía de gases, la espectrometría y los microanálisis mediante espectroscopia por dispersión de energía es posible encontrar destellos, ingresar a una obra a través de los rayos X para desentrañar secretos que van más allá de lo evidente.
Tomado de "Morales, D. s.f. Técnicas de análisis para la identificación de aglutinantes en la pintura de caballete". Disponible en https://www.upo.es/cms1/export/sites/upo/moleqla/documentos/Numero36/Destacado-2.pdf. |
Una pintura, una escultura es más que una serie de capas. Cada contiene más que una serie de componentes que interactúan entre sí. En una obra habita un ecosistema natural, físico y tangible y, a su vez, una ráfaga de emociones ¿Es posible restaurar una emoción? ¡Sí o no!, según sea nuestra capacidad de reconocer los materiales visibles e invisibles de los cuales estamos hechos.
Los secretos anidan en las ciencias, entre sus capas, como en cualquier vivo, encontrarás una historia.
“Igual que radiografiamos nuestro cuerpo, podemos radiografiar el arte” (Oskar González Mendia, profesor en la facultad de Ciencia y Tecnología y en la facultad de Bellas Artes de la UPV/EHU. Bilbao, abril 2017).
Las radiografías nos pueden llevar a ingresar en la composición de una obra y a las historias que la envuelven. Las pinturas de Picasso y van Gogh llevan otras obras y revelan sus secretos.
Los tintes se transforman con el paso de la luz de los años y pueden quedar blancos, viajan a otra dimensión como en “El dormitorio de Arles”. Asimismo, en una composición artística pueden habitar tres pintores (Bellini, Dossi, Tiziano) como ocurrió en el “Festín de los Dioses”. A través de técnicas como la estratigrafía se puede navegar y descubrir la profundidad de sucesivas capas de pintura, como si hiciésemos un corte con un micrótomo muy fino para estudiar el tejido de su estructura.
El arte y la ciencia tienen una larga relación, donde la química y el arte reaccionan y originan creatividad.
Hematites, cobre carbón vegetal, ocre… Coníferas y angiospermas yacen en el arte vivo y prehistórico. La lectura profunda de los materiales revelan el origen, la historia natural y cultural que se mezclan y son en realidad inseparables: son una.
“Cuando mezclamos química y arte lo que se producen son reacciones creativas, que dependen tanto de las herramientas que pueda dar la ciencia, el genio e ingenio del artista y el medio cultural en el cual se mueve” (Xavier Durán, químico y periodista científico. Bilbao, abril 2017).
Leonardo da Vinci logró revelarnos su divinidad e ir más allá. Comprendió el movimiento del agua en el río del arte y las ciencias. Durero acudió a sus sueños y representó a un rinoceronte que nunca vio. Galileo Galilei aprovechó sus dotes artísticas para transmitir lo que observaba a través del telescopio.
“Ingenio en la edad moderna significó un montón de cosas relacionadas con el talento del artista. La ciencia fue usada en esa época para progresar en su campo. Durero escribió tratados sobre la forma del cuerpo humano e incluso pintó sus pesadillas… ¿De qué manera se va a desvincular la creación artística de la observación directa?, esa es la gran pregunta" (José Ramón Marcaida, especialista en historia de la ciencia e historia del arte de la Edad Moderna de la Universidad de Cambridge. Bilbao, abril 2017).
En la representación de la naturaleza, Jacopo Ligozzi tuvo la gran habilidad de dibujar con exactitud animales y plantas. Fue reconocido en el círculo científico y por sus obras donde despliega su profunda religiosidad.
No obstante, si se va más allá de “dar la idea de estar frente al objeto mismo” se introduce la imaginación, la inventiva, se discurren las nuevas sendas el artista.
"Saturno devorando a su hijo". Autor: Peter Paul Rubens.Siglo XVII. |
"La escena es increíblemente violenta. Ese mordisco es tan terrorífico como la cara de dolor que pone el pobre niño. Las tres estrellas que aparecen en la parte superior del lienzo representan al planeta Saturno, que en la época no se habían descubierto sus anillos y parecían tres estrellas alineadas". Tomado del texto de Fulwood Lampkin en https://historia-arte.com/obras/saturno-devorando-a-su-hijo.
Rubens nos muestra un Saturno astro, divino y humano que devora a su hijo; en sus obras de historia natural habitan cientos de especies. Rembrandt nos lleva a nuestras propias entrañas, desnuda al cuerpo, mientras que Velázquez logra la imitación del movimiento.
"Armadillo amarillo" dibujado por Post. En la parte superior, el autor anota: "TATVPEBA. Una especie de cerdo acorazado. Bueno para comer, sabe a pollo". |
"El holandés Frans Post durante el siglo XVII pintó paisajes, animales y vegetación de Pernambuco, Brasil, las cuales llegaron a Europa." (Tomado de "20 minutos". Consultado en https://www.20minutos.es/noticia/2862228/0/frans-post-pintor-brasil-animales-exposicion/).
En el ámbito de los naturalistas, Caravaggio fue más allá de los detalles de la naturaleza y entregó sus defectos. Nos muestra que en el camino de los escritos, las pinturas (desde las rupestres hasta las contemporáneas), en los diseños de los primeros artistas naturalistas, tanto la precisión como la imperfección han sido perfectas.
En la historia del arte y de las ciencias se entra y se sale de la cueva del conocimiento. Según sea la época estudiada, todos los elementos confluyen. En las esculturas, obras tales como un “Torso de arcilla sin cocer” esta rodeado del agua que rodea cada partícula; les da este elemento a la tierra elasticidad y plasticidad. Luego es el fuego en el horno el que arrebata el agua de cristalización, se pierde y se enlazan las partículas de arcilla y la figura se vuelve rígida.
"Torso de arcilla sin cocer". Autor: Mark Manders. Siglo XX. |
"La obra se titula Unfired Clay Torso, torso de arcilla sin cocer, una descripción de lo que aparenta ser. En cambio, en la lista de materiales encontramos algo revelador... Su composición carga con todo el peso del tiempo, con toda la historia de la escultura: bronce pintado y madera". (Tomado de "Dimetilsulfuro". http://dimetilsulfuro.es/2016/03/04/mark-manders-torso-de-arcilla-sin-cocer/).
Los materiales de unos son el preludio de los otros.
“El material responde a un significado. La cultura científica ahora permite hacer una lectura mucho más profunda de los materiales… En el "Torso de arcilla sin cocer" el bronce pintado y la madera recuerdan a una obra que ha emprendido el camino de vuelta: del inicio al final solo hay piedra”. (Déborah García Bello, investigadora de la relación entre el arte y la ciencia, divulgadora científica, abril 2017).
En lo cotidiano, asistimos a obras que observamos; las percibimos sin ser plenamente conscientes de la aglutinación de sus pigmentos. Existen esculturas que se observan y observan al igual que nosotros. Se posan en la altura, en equilibrio, o en la ribera de un río o una costa: no conocen de diferencias ni de sensaciones de vértigo.
"Elogio al horizonte". Autor: Eduardo Chillida. 2005. Escultura, arte abstracto. Tomado de https://www.wikiart.org/es/eduardo-chillida/elogio-al-horizonte-2005 |
La ingeniería y el arte se reúnen para posarse como un templo con brazos y puertas abiertas. De ese modo, las esculturas pueden ser refugios contemplativos, como lo diría Débora García Bello.
“Los materiales hablan”.
El arte y su hermana de sangre y tintas:
la ciencia,
dan placer.
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¡Hasta la próxima!
Ciclo de conferencias citadas:
Ciencia & Arte. 6 y 27 de abril y 11 y 25 de mayo de 2017. Museo Guggeheim Bilbao.
Tomado de Arte & Ciencia: La ciencia como herramienta del arte, https://culturacientifica.com/2017/08/05/arte-ciencia-la-ciencia-herramienta-del-arte-2/
viernes, 5 de junio de 2020
La música, raíz curativa de lenguaje universal
miércoles, 25 de marzo de 2020
Ciencia & Humor: donde reírse es la hipótesis
Hipótesis 1: La risa es directamente proporcional a la alegría y a la pasión del investigador por su materia y, porque no, su antimateria.
Hipótesis 2: La risa no es directamente proporcional a la alegría y a la pasión del investigador por su materia y, porque no, su antimateria.
¿Cuál es tu respuesta?...
… Cuando se habla de ciencia pareciese que fuese necesario sacrificar la risa, porque la ciencia es cosa seria, pero, ¿Acaso el humor no lo es?... Quizás, nunca ha llegado a un instituto de investigación un Curriculum vitae donde en el campo de formación académica diga “Doctor en ciencias exactas y en las inexactas también”, “Antropólogo por obra y gracia de los espíritus sagrados en las comunidades visitadas”, “Sociólogo y a ratos el payaso de la casa” o “Filólogo, filósofo, acróbata, cocinero y saltimbanqui en las salidas de campo”.
Sin embargo, cuántos libros, informes y “papers” serían publicados sobre todo lo que ocurre en una salida de campo, y en la vida, cuando de pronto algo se rompe. Ese equipo perfecto de medición, junto con la pérdida de esos reactivos de alta precisión que mandaron desde Alemania... Sin embargo, lo que en ese momento pudo originar rabia y frustración, años después, será motivo de risa; una anécdota en medio de las conversaciones que surgen después de esas cervezas, en algún lugar, y que jamás saldrán en un informe.
Aquellos que estudiamos biología, sobre todo los que en sus inicios fuimos "jóvenes estudiosos de la naturaleza en la ciudad", luego, tarde o temprano en un bosque o selva nos resbalamos, nos fuimos de bruces por no decir de “jeta” en la vida… Ya saben… Entonces, aprendimos a rodar como un puercoespín ladera abajo, hasta llegar al río de la realidad y espantar la pesca de lo aprendido, para desaprender y de nuevo comenzar.
Imagen tomada de Pixabay. |
Si, la ciencia pura y la no pura, es pura risa… Si se ve como una travesía de aciertos y accidentes, un laboratorio donde no siempre hay luz, un salón de clases donde es posible despertar del tedio cuando surge un chascarrido, un apunte genial que despertó el sentido adormecido del humor… Ese miembro olvidado y en extinción en el afán de sufrir para vivir “mejor”.
¿Y porqué todo esto se preguntarán? Actualmente, una de nuestras Bios Escritoras, Katty Camacho García, escribe sobre el humor… Pero, ¿escribir sobre el humor en tiempos de virus? ¡Blasfemia! ¿O no? “La risa puede ser un remedio infalible”… Si queremos sobrevivir como especie es necesario reducir las altas dosis de estrés a las cuales estamos adictos. Dejar de beber de esas noticias terroríficas y escalofriantes. Concentrarnos en producir a diestra y siniestra los neurotransmisores de la felicidad, mucho mejores que los medicamentos. Cualificar las concentraciones de dopamina, endorfina, oxitocina y serotonina, como un cóctel fabuloso, capaz de fortalecer el sistema inmune para no distraernos en la depresión que colapsa a los leucocitos y plaquetas ¿Acaso existen “journals” que publiquen el grado de carcajadas estrepitosas producidas en plena actividad… Científica?
Si nos riéramos más respiraríamos mejor en el medio de cultivo de las noticias, que generan altas dosis de adrenalina diaria. Tenemos la capacidad de saber escapar de todo ello y centrarnos en una tesis valiosa y prioritaria: disfrutar cada instante.
Hacer humor es lo más cierto y sano que podemos hacer a diario, sea en un laboratorio, un aula de clase, en la universidad o en la calle. El que reconoce su gracia, en medio del miedo, rompe una delicada escarcha que separa los fríos informes o resultados de un proyecto, al lograr introducir algo diferente en sus textos sin dejar de ser científico.
Atreverse a publicar desde ese humor en la ciencia es primordial en los temas que rondan la divulgación científica. No es suficiente dejarle esa ardua labor a los comunicadores sociales de las universidades o centros de investigación, diseñadores, publicistas, etc… El científico, el investigador debe arriesgarse a darse y dar más de sí. De que nos sirve publicar textos esquivos que no generan aunque sea una luz de alegría en los otros.
En ocasiones, por no decir casi siempre, leer un artículo en una revista de investigación puede ser una experiencia tan árida, como la lengua de un estudiante primíparo de biología que perdió su botellín de agua en una trocha semidesértica al medio día. Otros, son tan desabridos y poco atractivos como un sándwich en un hospital de urgencias a media noche. Rancias son sus páginas luego de días, meses o años antes de ser publicados.
¿Para qué publicamos, en realidad? En el proceso de seguir las normas escritas, el precipitado del ego se hace más pesado frente a la presión y agonía de mostrar el mayor número de “papers”, con respecto a “la competencia” y, de este modo, conservar el estatus de ser “la súper estrella” en el tema. Sin embargo, llegar a las revistas más consolidadas nos puede llevar miles de horas que luego nos cuesta recuperar. Si bien, la ciencia es relevante, el vivir con humor también lo es. No sacrifiquemos la alegría de ser.
Quizás, si nos abrimos un poco más y no escribimos sólo para el gremio de los “reconocidos” que quizás serán nuestros lectores, produzcamos una emoción diferente… El humor y la ciencia son posibles si con pasión la labor se hace…
Entonces, ¿cuál hipótesis escoges?
Lo místico es pura alegría
... 1. Ríase enésimas veces durante el día y en la noche.
2. Sacuda el corazón y permita que su cerebro lo escuche. Que juntos se cuenten chistes y se hagan cosquillas: es probable que ambos se estremezcan y hagan las paces.
3. ¡Viva!, no condicione la felicidad al "momento adecuado", no espere ¡Arda y abrace de la dicha!.
4. No postergue su entusiasmo, ni lo ponga en cuarentena.
5. Déjese contagiar del virus del amor ¡Peligro!, quizás no vuelva a sufrir de nada y no tenga la excusa de enfermarse.
6. Saque esas carcajadas guardadas y tome de 5 a 6 cápsulas con el zumo de la paz-ciencia.
7. Vuelva a la alacena del antes o después y sáquelo todo. Limpie con esmero ¡Ojo!, solo quédese con lo que lo hace feliz.
8. Beba del cítrico sentir, del dulce despertar, del salado vital.
9. Confronte lo amargo y ríase de ello: todo tiene su gracia.
10. Agréguele amor a todo, si sufre una sobredosis de dulzura, mucho mejor: quizás pueda contagiar a otros.
11. Aprenda a hacer el ridículo: sea lo más cursi posible. Pronto descubrirá el payaso que habita en usted y quizás monte su propio circo.
12. Beba del puro humor es el único licor que no da guayabo..."
(Tomado del libro sobre el humor en gestación @biosescritora, @elhombrecaiman) seguiremos informando...