sábado, 3 de diciembre de 2016

Las primeras rutas femeninas: bajo la luz de las letras


Todos hemos sido navegantes, incluso, desde antes de nuestra gestación. Felizmente, ese espermatozoide ágil no sucumbió; nadó con fuerza hasta encontrarse con aquel óvulo esférico mil veces más grande que el. Al ocurrir nuestra fecundación comenzamos a rodar y al cabo de cinco días llegamos a nuestro primer hábitat, la cavidad uterina de nuestra madre: ese recinto húmedo y tibio donde nuestro embrión anidaría. Luego, en el medio marino, sus olas nos arrullarían y escucharíamos esos primeros vocablos y sonidos. No obstante, al nacer y crecer, fuimos olvidando aquel océano primitivo.   

Sin embargo, esa sensación no todos la olvidan. La lista de esos hombres navegantes y apasionados naturalistas ha sido, en Bios Escritores, una de nuestras rutas. Mas, hoy, queremos seguir un camino agreste de agua y de tierra. Uno empinado y salvaje trasegado por mujeres intrépidas, llenas de coraje en épocas donde una fémina solitaria y viajera era inconcebible y reprochable. 

Por fortuna, a lo largo de la historia han existido esas “mujeres a contracorriente”. Aquellas que han superado las barreras sociales, económicas, religiosas o culturales y han escapado de un destino único: “han creado uno propio”. Quizás, una de esas pioneras, viajeras y escritoras fue Egeria “la peregrina de Gallaecia” también conocida como la primera escritora hispana (finales del siglo IV)... 

Fresco de Pompeya de una mujer romana antes de escribir. Imagen recuperada el  03/12/2016 de: http://ocio.farodevigo.es/cine/noticias/nws-300510-egeria-primera-peregrina-historia.html

... Egeria fue curiosa y valiente y durante tres años viajó recorriendo todos los lugares bíblicos: Constantinopla, Jerusalén, Egipto y Mesopotamia (Sebastiá & Tonda, 2016:423).

Gracias a la pax romana, una ciudadana del Imperio podía viajar desde Gallaecia hasta Mesopotamia casi sin obstáculos. Esto sucedía entre los años 29 a. C. y 180 d.C.  Texto y autor de la imagen: Jani Niemenmaa - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, Recuperado el 03/12/2016 de: https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=40753

 ...El fin de su viaje no era sólo rezar ante las reliquias que encontraba a su paso, sino aprender, edificarse a través del conocimiento directo, de la experiencia...  Hasta el siglo XVI para ser mujer, viajar a la vez y mantenerse respetable una tenía que ser reina o peregrina (Morató, 2005: 42 cit en., Sebastiá & Tonda, 2016:424). 

No obstante, son innumerables los caminos y navegaciones realizados no solo por las mujeres en la edad media, sino a lo largo de la vida de nuestro planeta. Sin embargo, muchos diarios de viajeras son escritos olvidados o desmembrados a lo largo del tiempo; son tesoros perdidos o, quizás, conservados por alguien en algún lugar...

Gracias a esa luz que encendió Egeria en el mundo peregrino, otras mujeres, con o sin maridos, emprendieron travesías y atravesaron continentes. Este es el caso de la suiza Ida Pfeiffer (1797-1858) cuya valentía la llevo a darle dos veces la vuelta al mundo y contó con la gallardía de traducir sus viajes en tres libros.


Ida Pfeiffer yendo a colectar insectos. Litografía de Adolf Dauthage.
Recuperada el 03/12/2016 de: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Ida_Pfeiffer_Dauthage.jpg

...Algunas sociedades geográficas como las de Berlín o París la aceptaron entre sus miembros aunque otras, como la de Londres, antepusieron el ser mujer a su valentía y se lo denegaron. Ida Pfeiffer es una de las mujeres que habiendo conseguido el éxito fue olvidada posteriormente... (Sebastiá & Tonda, 2016:425).

Si bien Ida no logró ser aceptada en la Royal Geographical Society, años después, la expedicionaria, naturalista y escritora Isabella Bird (1831-1904) lo alcanzó en 1982. Isabella fue, también, una viajera fascinante; hizo de sus travesías una terapia no solo física sino espiritual. Enfrentó sus miedos, sacó de si la guerrera que no se detuvo frente al dolor. Era tal su vocación de viajera que cada vez que volvía a casa se enfermaba y, luego, milagrosamente se recuperaba al comenzar un nuevo viaje. Escribir fue parte de esa “medicina” que la llevaría, además, a trasegar en su alma.



Isabella Bird. Imagen de dominio público recuperada el 03/12/2016 de: 
 https://es.wikipedia.org/wiki/Isabella_Bird#/media/File:Isabella_Bird.jpg 

Ilustración de dos Ainu, tomada del texto de Isabella Bird titulado: Unbeaten Tracks in Japan. Imagen de dominio público. Recuperada el 03/12/2016 de: 
https://es.wikipedia.org/wiki/Isabella_Bird#/media/File:PSM_V34_D092_Ainu_of_yezo.jpg


La ruta de estas tres extraordinarias mujeres nos lleva a pensar en tantos escritos realizados sobre viajes históricos... Tantas navegantes, almirantes, caminantes, pilotos, astronautas, naturalistas, astrónomas, geógrafas, antropólogas, historiadoras, etc., que con tenacidad dirigieron sus pies, un caballo, una canoa o hasta la tripulación de una nave espacial... 

Así, comenzamos este mes de diciembre del 2016 con Egeria, la primera escritora hispana y su periplo de tres años (381 al 384) y de aquellas geógrafas pioneras. En nuestra “máquina del tiempo literario” queremos seguir indagando, aún más, y, así, prender con la fuerza y entereza de estas mujeres nuestras primeras luces navideñas. 

Te esperamos, bajo la luz de una vela, en nuestra próxima publicación. 

Referencias

Cid, R. 2011. Egeria, peregrina y aventurera. Relato de un viaje a Tierra Santa en el siglo IV. Universidad de Oviedo. Recuperado el 03/12/2016 de: http://revistaseug.ugr.es/index.php/arenal/article/view/1460/1628.

Sebastiá, R & E. Tonda (Eds.). 2016. La investigación e innovación de la enseñanza de la geografía. Universidad de Alicante. Unión de editoriales universitarias españolas.